La
elección del tema presenta dos opciones: que sea libre o que esté fijado de
antemano. En el primer caso, conviene
simplemente tomar nota y ceñirnos estrictamente al tema y a las
puntualizaciones que se hagan en
relación con éste: manera de enfocarlo, extensión del trabajo, bibliografía
obligatoria u opcional, etc. En el segundo caso, es muy importante pensar
cuidadosamente sobre qué tema queremos trabajar. Para ello debemos tener en
cuenta lo siguiente:
Dedicar
tiempo a escoger el tema. Es conveniente informarnos sobre éste con la consulta
a expertos o la lectura de libros, revistas o periódicos que amplíe nuestros
conocimientos acerca del tema.
Es
fundamental buscar un tema que tenga interés para nosotros. Debemos tener en
cuenta que no se trata de hacer algo original, sino de aumentar nuestro conocimiento
sobre un tema y ejercitarnos en las técnicas del trabajo de investigación. Por
lo tanto, nos resultará mucho más agradable trabajar sobre algo que nos
interese.
Hemos
de analizar cuidadosamente las posibilidades y límites del tema. Por ejemplo, escoger
como tema El cine plantea la gran dificultad de que es un tema amplísimo, sobre
el que difícilmente podremos decir cosas interesantes que cualquier lector no
sepa; mientras que si acotamos el espacio —por ejemplo: El cine de terror en la
actualidad— podemos abarcarlo más fácilmente.
En
relación con lo anterior, debemos pensar también en la documentación que
podemos consultar sobre el tema escogido. Como el uso de esta es preceptivo en
el trabajo, hemos de prever que haya bibliografía disponible acerca del asunto
sobre el que vamos a trabajar.
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